Cuando ordenamos cualquier espacio debemos tener en cuenta la armonía y, para eso, que los elementos sean iguales puede ser un gran aliado. Perchas, recipientes, cestas…
En este caso tenía espacio pero me faltaba almacenaje así que volví a comprar los mismos que ya tenía y fue todo un acierto. ¿Qué ventajas tienen?
– Son de ángulo recto y no tienen enganches en la tapa como otros de este tipo (ganamos espacio)
– Se adaptan perfectamente a la medida del cajón, permitiéndonos sacarlos sin dificultad.
– Como la tapa es transparente se ve todo desde arriba sin tener que rebuscar o abrirlo (ganamos tiempo)
– Al ver todo, sabemos cuando va quedando menos y, por tanto, cuando realmente necesitamos comprar. Sin comprar en exceso evitamos que las cosas nos caduquen (ahorramos dinero)
– Al ser de diferentes tamaños podemos adaptar el espacio a lo que queremos guardar y no tenemos la mitad de producto en un bote y la otra mitad en el paquete porque no nos cabe (un error muy común en muchas cocinas).
Tener unos buenos recipientes no nos evita tener una parte diferenciada para lo que aún no está abierto. Puede ser un cajón, una balda… Pero lo más importante, lo que siempre recalco es esto:
Los recipientes valen para guardar lo que sobra de los envases originales
Y esto lo digo porque hay una tendencia en internet de personas que «ordenan» su cocina en la que abren los recipientes sólo para llenar los botes. ¿Estéticamente queda bien? ¡Claro! Siempre es más vistoso verlo así que no los paquetes de mil colores! Pero, ¿qué conseguimos con esto? Reducir su caducidad o calidad por sacarlo de su envase original, preparado para conservar todas sus propiedades.
A Coruña 2023
0 comentarios